Innovación, una contribución a la sostenibilidad económica y ambiental

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Según Naciones Unidas, la innovación y el progreso tecnológico son claves para descubrir soluciones duraderas para los desafíos económicos y medioambientales.

La innovación en las industrias puede ser también un factor que contribuya hoy en día a la sostenibilidad económica y ambiental. Así lo establece, por ejemplo, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 9 -Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación-, en el sentido de que la industrialización inclusiva y sostenible, junto con la innovación y la infraestructura, pueden dar rienda suelta a las fuerzas económicas dinámicas y competitivas que generan el empleo y el desarrollo.

De acuerdo con las Naciones Unidas, la innovación y el progreso tecnológico son claves para descubrir soluciones duraderas para los desafíos económicos y medioambientales, como el aumento de la eficiencia energética y de recursos. A nivel mundial, la inversión en investigación y desarrollo (I+D), como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), aumentó de un 1.5 % en el año 2000 a un 1.7 % en el 2015, y continuó casi en el mismo nivel en el 2017. Sin embargo, en las regiones en vías de desarrollo fue inferior al 1%.

No solo las grandes compañías son determinantes en esta contribución a la sostenibilidad económica y ambiental, pues las pequeñas y medianas empresas que se dedican al procesamiento industrial y la producción manufactura son las más críticas en las primeras etapas de la industrialización y, por lo general, son los mayores creadores de empleos. Constituyen más del 90% de las empresas de todo el mundo y representan entre el 50 y el 60% del empleo.

Asimismo, las empresas pueden hacer más que solo expresar buenas voluntades, como introducir la innovación como parte de la cultura empresarial, al transformar los productos, las instalaciones, los servicios, los procesos productivos y la gestión interna con criterios de sostenibilidad; fomentar el uso de combustibles renovables en las actividades y operaciones de la empresa o desarrollando tecnologías eficientes y sostenibles para mejorar la gestión de los recursos naturales y disminuir el impacto medioambiental, entre muchas otras.

En el caso de El Salvador, por ejemplo, AES ha realizado en los últimos años una importante apuesta por incrementar sus fuentes de generación renovable, así como por la implementación de tecnologías para hacer un uso eficiente de la energía. Actualmente la empresa cuenta con 14 plantas de generación, 13 de ellas con fuente solar y una a base de biogás, permitiéndole aportar, hoy día, aproximadamente el 25% del total de la energía solar producida en el país.

También, la compañía se encuentra desde 2020 sustituyendo de manera progresiva su flota liviana urbana por automóviles eléctricos de última generación e instalando una red de estaciones de carga en ubicaciones de socios estratégicos, fomentando la adopción de esta tecnología en diversos sectores de la sociedad.

Las diferentes industrias tienen, hoy por hoy, un amplio margen para la innovación, lo cual se traduce no solo en no solo en mejores formas de desarrollar sus actividades productivas, sino en un impacto para la sostenibilidad económica y ambiental de las sociedades.